Por Juan Caballero García La trama de la novela relata la historia de un muchacho que nació en el año 1934, en un villorrio montañés al norte de León. Su nacimiento fue fruto de un drama familiar de lamentables consecuencias. Jenaro es el nombre de pila del protagonista de la novela, que viene al mundo por un incesto entre una mujer y su suegro. Las trágicas consecuencias de esta unión sexual acarrean: el suicidio del que figura legalmente como padre legal de Jenaro; y un fuerte rechazo de los progenitores hacia él desde su nacimiento. Sometiéndole a toda clase de vejaciones y malos tratos. Jenaro tiene la desdicha de conocer los hechos que dieron lugar a su existencia de una forma violenta y cruel, cuando contaba siete años de edad, lo que hizo que éste a partir de ese momento se sintiera el ser más desdichado de la tierra. La novela narra sus vivencias y vicisitudes en su niñez, juventud y madurez. En esta narración se destaca: Sus primeros diez años de vida en convivencia con el desamor de sus padres. Sus años de hospicio, donde sus padres lo abandonan en plena posguerra, a principio de los años cuarenta, en León. Hospicio regentado por curas, quienes no se distinguen por el trato que reciben los internos. Su vuelta al pueblo por exigencias de sus progenitores, donde el desamor enfermizo de estos impide que la indiferencia y vejaciones cejaran. Su huida precipitada y obligada de la casa de sus padres y abandono de su pueblo natal Castañedo. Su llegada a la capital de España, en 1952, donde se encuentra con un mundo completamente desconocido para él. Época en la que España seguía luchando para salir de una larga y descarnada posguerra. Sus vivencias y encuentros en el Madrid de los años 50, donde se pone de manifiesto las distintas formas de vida de sus habitantes recreando el mundo que le rodea y del que forma parte como espectador y/o partícipe. Los personajes de su pensión como fiel reflejo de la gran masa humana que vive en la ciudad. Gente desahuciada y sorprendente que aparecen y desaparece con el sueño de prosperar en un Madrid duro y cerrado, de pocas oportunidades para los que llegan con la intención de triunfar en un mundo reservado a unos pocos privilegiados: de la política, de los camisas azules del régimen imperante, de la burguesía creada alrededor de ese entorno, de las finanzas, y de desarrapados de tres al cuarto que están dispuesto a todo para conseguir un hueco al sol que más calienta. Su entrega y dedicación a la pintura, actividad en la que destaca y llega a ser famoso, saboreando las mieles de la gloria como artista. Una recaída depresiva de última hora le devuelve al mundo de infortunios que creía tener controlado. Su malestar se agrava derivando en paranoia, hecho por lo que se ve obligado a ingresar temporalmente en un sanatorio psiquiátrico.