Esta novela, que fue galardonada con el I Premio Guadalquivir de Narrativa para autores noveles, nos cuenta las desventuras de Sandro que, a sus incipientes treinta y tres años, decide contrarrestar los estragos de su propio tempos fugit llevando a cabo una incursión en la caja fuerte de su jefe, Melitón Prior, patriarca de un conocido linaje de especuladores inmobiliarios. Para ello cuenta con la ayuda de Lucía, su bella ex novia, con la que mantiene sentimientos enfrentados de amor-odio. Abrumado por tamañas circunstancias, desatiende la desesperada petición de ayuda de Jon, más que su mejor amigo, un hermano que le proporcionó cobijo y adhesión cuando recaló en la ciudad siendo un adolescente. En La quintaesencia suave se contrasta la ciudad que se fue con otra inmersa en un desconsiderado proceso de estandarización. Artistas narcisistas, hipsters sobrevivientes, paraísos artificiales y voyeurismo accidental conforman el escenario vital de un ángel venido a menos que, hostigado ante su inexorable deterioro físico, rememora con nostalgia la época en la que ejercía de don Juan en las noches de finales de los años ochenta y primeros noventa, cuando las vocaciones apuntaban alto y la camaradería se presuponía a prueba de décadas. Una aventura urbana y callejera que supone el debut literario de una de las voces narrativas más frescas y originales de los últimos años.