Doña Isabel de Solís, de Francisco Martínez de la Rosa. El conde de Candespina, de Patricio de la Escosura. La reina sin nombre, de Juan Eugenio de Hartzenbusch. Estas tres obras fueron un rotundo éxito en su momento gracias a que ensalzaban el espíritu romántico de rebeldía e independencia. Amores imposibles, misterio, intriga, bandidos idealizados, matrimonios secretos, ángeles y demonios son algunos de los temas que convirtieron a estas novelas en las más leídas dentro del género. La protección de un sastre, de Miguel de los Santos Álvarez. La marquesa de Bellaflor, de Wenceslao Ayguals de Izco. El juramento de la mulata, de José Zorrilla. Los tres folletines que ahora rescatamos combinan sabiamente el misterio y la ironía con recursos que siempre triunfaron en el género: el honor, la intriga, las grandes pasiones, la intervención de lo sobrenatural, permitiendo al lector sentirse identificado con las peripecias y sinsabores sufridos por los protagonistas y ver cómo la justicia acaba triunfando sobre las artimañas de los malvados.