Argumento de La Pirámide Maldita
Marmarica, 74 d.C. Bajo un sol ardiente, una centuria romana vaga en el inmenso desierto egipcio. El objetivo de la misión es hallar un antiguo templo dedicado al dios Amon, que debería contener un objeto legendario extraviado entre los pliegues de los siglos. Turquía, 1985. A lo largo de las costas del Quersoneso Tracio, Ioannis Travlos, un estudioso griego, ha hallado los restos de la antigua ciudad de Lisimaquia.1