Ante tal cúmulo de señales, no le queda otra que tomar una decisión radical: gasta sus ahorros en un billete de avión para dar la vuelta al mundo, con escalas en Australia, Tailandia y Brasil.
Lo malo de tanto trajín es que: a) por muchos kilómetros que se recorran, los problemas tienen la mala costumbre de no dar tregua; b) cuantas más vueltas se den, más probabilidades hay de que una se encuentre a sí misma; y c) es una verdad universalmente reconocida que el amor tiene la mala costumbre de aparecer cuando menos preparada está una para recibirlo.