El relato de la figura de Melchor, ficcionalizado aunque apoyado siempre en testimonios históricos, permite
a los autores de la novela mostrar una parte de la historia de España; primero, centrándose en el microcosmos del palacio de Viana, donde conviven refugiados de toda índole y tendencia, los verdaderos
protagonistas, y entre ellos, de forma destacada, la joven comunista Juana, herida en las calles y recogida
por Melchor durante las revueltas entre cenetistas y socialistas contra los comunistas que siguen al golpe
de Estado de Casado contra Negrín en las postrimerías de la guerra. A esta parte le siguen las dos restantes, en las que se ponen de manifiesto las luchas encarnizadas y también la vida personal y familiar
de Melchor, a través de su hija Amapola.