Presa del insomnio tras un suceso traumático, Moisés Posadas emprende una desesperada marcha a pie hacia ninguna parte. Tras varios días de camino, el cansancio físico le obliga a hacer noche en un pueblo que no figura en los mapas, y que está afectado por una densa y sempiterna niebla. Un misterioso anciano lo recoge en su furgoneta y lo lleva hasta la única pensión del pueblo, regentada por una mujer de voz prodigiosa y carácter desabrido, donde conocerá a otros extraños huéspedes, todos varados como él mismo entre la confusión vital y la niebla.