Cronista brillante, Arturo San Agustín consigue fijar los olores de Barcelona para que no se nos olviden.
Casa Leoplodo fue el primer restaurante de Cataluña donde, después de la guerra, se podían comer auténticos filetes de carne, no orejas de gato, como decía Josep Pla. Hace décadas que este restaurante del Raval de Barcelona es frecuentado por personajes célebres de la bohemia artística y literaria, que lo han convertido en un punto obligado del mapa literario de la ciudad y destino de peregrinación para lectores de todo el mundo. Rosa Gil, una mujer cargada de encanto y munición, que dice las cosas por su nombre, es la Nena del Leopoldo, autèntica protagonista de esta magnífica crónica.
Arturo San Agustín invoca una Barcelona que Rosa Gil encarna con una personalidad desbordante: El mundo sigue pasando por tu casa, Nena. Y eso puede explicarlo casi todo, Rosa Gil, que eres bolero, copla, tango y fado. Las cuatro cosas que siempre nos cantan las verdades en los momentos oportunos.