«Una sensibilidad y una calidad literaria excepcionales, y un poderoso documento histórico» (S. Veil, LExpress).
« Pero no es sólo el registro de cómo el horror se insinúa, va tomando cuerpo y termina engulléndola, lo que hace el interés tremendo, dramático, de estas páginas. Es también su excepcional inteligencia... Sus posibilidades eran inmensas: el Diario permite adivinar una futura Hannah Arendt o Simone de Beauvoir. Su rebeldía fue y no fue inútil: ella sucumbió, pero nos ha dejado su testimonio implacable y su admirable ejemplo» (Laura Freixas, La Vanguardia)