Desde hace más de cien años, un misterio habita en la mansión de los Fitz-Stuart en La Laguna. Tras un incendio devastador, una nueva construcción se superpuso a la antigua, pero no desterró la huella inquietante de quienes vivieron en ella, que vuelve con más fuerza que nunca.
El último propietario es encontrado muerto, en apariencia de muerte natural. El inspector Galán no tarda en descubrir que las circunstancias que rodean su muerte no son las que parecían en un inicio.
Luis Ariosto acompaña a su tía Enriqueta a la lectura de un testamento envenenado. Los herederos deberán enfrentarse a un reto complicado de solventar, un quebradero de cabeza con nombre de vino a partir de una variedad muy especial de uva canaria.
La periodista Sandra Clavijo y la arqueóloga Marta Herrero se verán inmersas en la búsqueda de unas joyas desaparecidas a finales del siglo XIX que las llevará de un enigma a otro, en una espiral que les conducirá a un secreto oculto en lo más profundo de la vieja ciudad.