Kaniger es una pequeña villa, hermosa, rodeada de pinares. Sus vecinos, amigos, enemigos, parientes, anarquistas, monárquicos, republicanos, ateos, comparten anhelos, esperanzas, deseos, dudas y miserias. Kaniger recibe la visita de Federico García Lorca, en un hipotético último viaje a la fonda que le hospedara años atrás con motivo de la gira realizada con «La Barraca», antes del regreso a Granada donde le espera la decepción, la guerra y la muerte. Dos hombres: Teodoro «el vasco», culto, conservador, católico, persona de orden y Magullón, republicano, ateo convencido, hombre de acción, tienen en sus respectivos hijos «El Jaime» y «El Jaba» íntimos amigos, el nexo de unión con el universo del otro.