La obra nos ofrece una reflexión y valoración crítica sobre la figura de las Defensorías del Pueblo, de indiscutible actualidad. Los efectos indiscriminados de la crisis económica agudizan las desigualdades y generan un caldo de cultivo para el deterioro de los Derechos Humanos. Es el momento idóneo, nos dice María Iráizoz, de repensar los mecanismos para la mejor defensa de los Derechos Humanos, poniendo en valor las aportaciones positivas de estas instituciones y descartando las prácticas retóricas. En el trabajo cualquier interesado al respecto podrá encontrar una radiografía crítica de las potencialidades y de las oportunidades que presentan las instituciones de la región; pero también de sus debilidades y amenazas que pueden obstaculizar su futuro cercano y que deben ser corregidas.
El trabajo analiza minuciosamente el contexto histórico e internacional que propició la creación de la institución no sólo en Iberoamérica sino en todos los continentes; las condiciones que otorgan y protegen su necesaria independencia frente al resto de los poderes; los mandatos, competencias y atribuciones en cada uno de los países así como su capacidad institucional en la implementación efectiva de sus mandatos. Y lo hace desde una perspectiva apegada al terreno y buscando aquellas reformas que permitirían mejorar el funcionamiento de la institución.
I. Las defensorías del pueblo en el plano internacional.
II. La creación y el establecimiento de las INDH en Iberoamérica.
III. Parámetros jurídicos que auguran una labora eficaz de las defensorías del pueblo.
IV. Mandato y marco competencial comparados de las INDH en Iberoamérica.
V. Atribuciones comparadas de las INDH en Iberoamérica.
VI. El poder de implementación de las INDH.
VII. La pertinencia y eficacia del modelo Iberoamericano de INDH, el defensor del pueblo, en las democracias de la era digita.
Anexo. Los principios de París.