La crisis económica lo ha cambiado todo. Parece una eternidad el lapso de los cuatro años transcurridos desde que el autor publicó su obra La Universidad, corazón de Europa. Muchos sueños se han desvanecido. El blanco de entonces se ha convertido en negro, las esperanzas en dificultades y los deseos de avanzar en voluntad de resistir. ¿Quién se acuerda de las ilusiones y las expectativas optimistas que se generaron con la culminación de los procesos vinculados con la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior? Incluso, ¿qué fue de aquellos movimientos de rechazo a la mercantilización que según algunos amenazaba a la universidad con esos cambios europeizantes?
¿Cuál es la salida de la situación actual? No ayudará a encontrarla la reducción de la inversión en educación. Tampoco servirá a la causa universitaria el incremento desproporcionado de los costes de las matrículas, que ya eran de las más altas entre los países europeos. Bolonia en crisis es un libro lleno de cuestiones de hoy y de mañana, de búsquedas, aquí y allá, de buenas prácticas que importar, de aprender de América a la vez que de destacar lo mejor que caracteriza al proyecto europeo de convivencia.
Bolonia en crisis es sobre la universidad de nuestros días, sus luces y sus sombras.
Bolonia en crisis, en sus dos acepciones. Crisis como escasez, como época con dificultades, sí, así se entiende generalmente. Pero también en su otra interpretación etimológica griega: crisis como una situación sujeta a evolución y a cambios críticos o un momento decisivo. Ambas lecturas del título del libro tienen cabida en su texto. No es cuestión de optimismo o de pesimismo, sino de voluntad de superar las dificultades.
En esta ocasión el prólogo es de un destacado protagonista social. La obra se honra con el prólogo de Emilio Botín, cuya gran sensibilidad por los temas educativos, y universitarios, en particular, es conocida, reconocida, respetada y admirada.