Óscar Vilarroya explora cómo la experiencia sensible puede dar lugar a las propiedades mentales por excelencia, como el razonamiento, la inteligencia o la consciencia. De ahí se derivan algunos temas centrales en filosofía: el vínculo entre lenguaje y pensamiento, la naturaleza de la experiencia consciente, o la relación entre la mente y el cerebro. Además de ser un ejemplo de aplicación de las investigaciones neurocientíficas más recientes a la explicación de la mente, La disolución de la mente invita al lector a reflexionar sobre muchas de las preguntas básicas que todos nos hemos formulado alguna vez: ¿a qué corresponde el «yo» que percibe?, ¿qué quiere decir «adquirir uso de razón»?, ¿por qué hablando no siempre se entiende la gente?, ¿de qué está compuesto un pensamiento?
Otro de los atractivos de La disolución de la mente consiste en que no es un texto académico al uso, sino un ensayo comprensible por cualquier lector interesado. De hecho, su autor apuesta por la exploración imaginativa de una hipótesis sobre la mente, escrita en forma de diálogo, en un lenguaje coloquial y sin tecnicismos, que, sin obviar los muchos entresijos que hasta el momento se conocen del cerebro, pueda ser seguida sin conocimiento de la materia.