El autor defiende una idea de la educación que consiste en instrucción más formación del carácter, que va desde la psicología hasta la ética. La competencia de emprender y la competencia ciudadana son diferentes de las demás, ya que la primera consiste en apren¬der y ejercer la libertad, y la segunda, en aprender y ejercer de la dignidad. Emprender es una actividad ética cuyo contenido va a depender de los valores de la ciudadanía. El autor expone las distintas definiciones de la competencia de emprender, que provienen de los informes de la OCDE y de la Unión Europea, y que explicita la Ley Orgánica de Educación. La competencia es muy ambiciosa en sus objetivos, ya que el futuro del alumno dependerá en gran parte de virtudes morales, intelectuales y sociales que forman la competencia de emprender. El autor expone a continuación las iniciativas didácticas que se están llevando a cabo en España y en otros países. Da su visión de esta nueva pedagogía por competencias, considerando que toda educación es para la acción y que esta acción debe ser creadora, como explica en toda su obra, dedicada a la inteligencia. Frente a la pasividad, hay que recuperar el dinamismo propio del ser humano, favoreciendo en el alumno la búsqueda de lo nuevo, la creación y la ampliación de sus posibilidades.