La investigación se centra en el desarrollo de la metáfora orgánica en la ciencia del derecho público. La tesis principal defendida ha consistido en mostrar cómo el organicismo ha sobrevivido en la Modernidad escondiéndose bajo los márgenes de la pureza metodológica. Detrás de una pretendida cientificidad del derecho hallamos un espacio ideológico en el que se desenvuelve la renovada metáfora del organismo.
La Modernidad marca un punto de inflexión en el desarrollo de la vieja metáfora orgánica. El medio ambiente moderno (Estado, capitalismo, sujeto, contractualismo, individualismo, etc.) presagiaba el fin del organicismo, tal como se conocía desde Platón. Sin embargo, hemos podido comprobar la forma de su adaptación: la metáfora ha conseguido transformarse en una teoría acogiendo en su seno al paradigma inmunitario. Ya no se trata de construir un todo-orgánico, sino de conservarlo de posibles peligros. El nuevo organicismo se ha manifestado en las ciencias naturales, en la sociología, en la filosofía, en la política y en el derecho.
Precisamente el discurso jurídico ha sido nuestro ámbito de análisis. Partiendo de las bases establecidas en el pensamiento de Savigny, se ha circulado por las obras de los autores que marcaron el desarrollo de la ciencia del derecho público: Gerber, Jellinek y Kelsen. Se ha tratado de huir de aquellos autores que desarrollaron un pensamiento explícitamente organicista (como Bluntschli o Gierke) para localizar al organicismo en aquellos márgenes en los que se ha ocultado, coincidiendo con la pretensión acuciante de una pureza metodológica