Manuel Gómez-Moreno, Miguel Asín y, sobre todo, Ramón Menéndez Pidal constituyen relevantes figuras de los estudios humanísticos en la primera mitad del siglo XX. El humanismo conducía lenta pero inevitablemente a la secularización, pero el conflicto entre lo viejo y lo nuevo se expresó en España a través de la pugna entre el tradicionalismo católico y el liberalismo.