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Hoteles Riu: el Cliente a los Mandos (ebook)

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ISBN: EB9788494106613
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Argumento de Hoteles Riu: el Cliente a los Mandos (ebook)

La familia Riu, radicada en Mallorca, compró su primer hotel en 1953 y desde entonces no ha parado de crecer gracias al arte de satisfacer a sus clientes. El secreto de su éxito se basa en algo tan sencillo como la escucha real del cliente y la implementación de sus peticiones. Muchos lo dicen pero pocos lo hacen, y nadie lo hace como RIU. Además, ha sabido profesionalizar una empresa familiar y buscar socios relevantes que le han permitido mantenerse en los puestos de liderazgo mundial en la hostelería vacacional. En este libro se explica cómo RIU ha sido capaz de crear un modelo de empresa cercano a la excelencia, basado en la premisa de poner al cliente a los mandos, y se detallan las claves de ese modelo. Un modelo no sólo aplicable a empresas de hostelería sino de cualquier sector.

Francisco López Martínez. Nacido en Barcelona 1954, es licenciado en Ciencias Empresariales y MBA por ESADE, y en Derecho por la Universidad de Barcelona. Ejerce como consultor y abogado. Experto en organización, estrategia y asesoría en procesos complejos de transformación empresarial, en especial en empresas familiares. En 1982 fundó CMC, firma de consultoría y sistemas, que fue absorbida por Arthur Andersen (1989), compañía en la que actuó como socio hasta 2003. Actualmente preside su propia empresa y es consejero de diversas sociedades en las que participa como accionista. Su blog es: www.pacolopez.biz

Juan Carlos Peralta Niubó. Nacido en Lleida 1955, es licenciado en Ciencias Empresariales y MBA por ESADE, y en Derecho por la UOC, auditor miembro del REA y administrador concursal. Durante 20 años trabajó en una de las Big Four de auditoría, 8 de ellos como socio internacional. Posteriormente desempeñó cargos al máximo nivel en el área financiera de RIU Hotels, Barceló y Globalia. También fue socio de THR International Tourism Consultants, firma con la que sigue colaborando. Actualmente es consultor free lance en turismo y finanzas, así como en el campo concursal, y colaborador docente en el Departamento de Finanzas de ESADE.

1. La industria hotelera en el mundo y en España Un poco de historia La hostelería ha existido desde siempre pero cuando se ha desarrollado con fuerza ha sido en el siglo XX. En los años sesenta del pasado siglo es cuando empieza a aparecer un fenómeno que impulsa definitivamente al sector: el turismo de masas. Al amparo de los avances sociales y laborales, al empezar a disponer los trabajadores de períodos de vacaciones, y en paralelo a la paulatina elevación del nivel de vida, surge una demanda de servicios de transporte, alojamiento y manutención para poder disfrutar de estancias en determinados destinos, que atraen a los incipientes turistas. La Organización Mundial del Turismo (OMT) cuantifica sólo el turismo internacional en los años setenta en 165 millones de desplazamientos. En la década de los ochenta, dicha cifra subió a 288 millones. Y el crecimiento fue exponencial en las dos décadas siguientes, en paralelo al desarrollo del transporte aéreo y la explosión de la oferta. La propia OMT habla de 900 millones de desplazamientos internacionales sólo en el año 2007. El turismo internacional se concentró inicialmente en Europa. Y aunque Europa sigue siendo el principal destino del turismo internacional, ha ido dejando espacio a la llegada al mercado de nuevos destinos, principalmente en América (encabezado por Estados Unidos) y en Asia (encabezado por China). La cuota de mercado de las economías emergentes como destino del turismo internacional ha pasado del 32% en 1990 al 47% en 2010. Entre 2000 y 2010, la llegada de turistas a las economías avanzadas ha crecido a una media del 3,4%, mientras que lo ha hecho al 5,6% en las economías emergentes. En cuanto a mercados emisores, la inmensa mayoría de los viajes internacionales tienen lugar en la propia región del viajero, originándose cuatro de cada cinco llegadas de todo el mundo en la misma región. Europa es el mayor mercado emisor del mundo, con una cuota del mercado emisor mundial del 52,8% en 2010. Con datos de la OMT de 2010, del gasto total por turismo internacional a nivel mundial (919.000 M$), los cinco países emisores que más gastaron fueron: Alemania es el gran mercado emisor europeo, Estados Unidos lo es en América y China está emergiendo como el tercer gran mercado emisor. En cuanto a los mercados receptores, Europa sigue siendo el gran destino. El turismo pasa por ser el sector de la economía mundial que genera más riqueza y empleo. Supone el 5% del PIB mundial, y entre el 6 y el 7% del empleo mundial. Dichas cifras son aún mucho más importantes en determinados países y destinos, llegando perfectamente a cifras de dos dígitos. A escala mundial, los ingresos por turismo se sitúan en cuarto lugar, detrás de los combustibles, los productos químicos y los de automoción. Para muchos países en desarrollo se trata de la principal partida de exportación, y un elemento imprescindible para la sostenibilidad de su economía. Situación actual y perspectivas El sector sigue creciendo en la medida que se sigue desarrollando la movilidad humana y en que se incorporan al mercado nuevos clientes procedentes de las economías emergentes como Rusia, China o Brasil. Aunque los clientes procedentes de la vieja Europa siguen siendo la parte principal de la demanda mundial, van reduciendo su importancia paulatinamente, debido al doble impacto de la crisis económica y del envejecimiento de la población. La OMT prevé que en 2020 las cuotas de turismo receptor de Europa y América se hayan ido reduciendo respecto a las de inicio de siglo, porque los crecimientos mayores se darán en Asia, Oriente Medio y África, aunque Europa seguirá siendo en 2020 el destino más importante del mundo, con una cuota estimada del 46%, correspondiente a 717 millones de turistas. Hay factores que han jugado a favor de la expansión del sector, como la oferta de vuelos baratos a través de las llamadas aerolíneas de bajo coste. Y también hay elementos que juegan en contra, al menos para el cliente empresarial, como es el uso cada vez más extendido de las facilidades de comunicación virtual a través de internet, y la política empresarial generalizada de austeridad en el gasto. La demanda turística ha ido evolucionando hacia un tipo de destino más exclusivo y un tratamiento más personalizado. El turismo masivo trata de despojarse de ese calificativo buscando la individualización del servicio. Las empresas se esfuerzan por conciliar «masificación» con «tratamiento personalizado». El gran reto de las empresas hoteleras que se dirigen a un target masivo es compaginar una oferta exclusiva (o con apariencia de exclusividad) con un precio muy competitivo (y nada exclusivo). El cliente masivo del siglo XXI quiere servicios de alto nivel a precios asequibles. Como la industria automovilística ya experimentó en el pasado, el sector de la hostelería debe seguir innovando continuamente y aumentando su productividad para hacer frente a ese complicado reto de ofrecer productos cada vez mejores a precios cada vez más bajos. En 2012 se estima que el sector facturará a nivel global alrededor de 580.000 millones de dólares, en un total de 632.900 establecimientos, propiedad de 540.600 empresas hoteleras en todo el mundo. Son empresas que dan empleo a más de 4 millones de personas y que sirven a más de 1.000 millones de clientes. Son cifras espectaculares que explican por un lado la extraordinaria salud del sector y, por otro, la extraordinaria competencia a la que se enfrentan las empresas que lo integran. Estructura del sector La industria hotelera puede segmentarse por diversos criterios. Los principales son tres: El lugar de ubicación del establecimiento hotelero. El tipo de ubicación y de servicio: urbana o vacacional. El hotel urbano va dirigido a un público de negocios o mixto negocios-ocio; y el vacacional está orientado al ocio vacacional. La categoría del hotel, que admite diversos estándares. El más conocido es el del número de estrellas. Aunque también el de tipología de establecimiento: hotel, resort, aparthotel, hostal, etc. Cada segmento responde a unas características competitivas propias, aunque de forma indirecta todos compiten con todos. El lugar de ubicación es determinante porque el servicio que vende un hotel consiste en el alojamiento en un lugar determinado. En ese sentido, los destinos compiten entre sí, y en cada destino se produce una competencia directa entre todos los operadores hoteleros que están establecidos en el mismo. La oferta de nuevos servicios y facilidades para el cliente de negocios es una constante en la hostelería de negocios, así como la búsqueda de nuevos destinos lo es en el sector vacacional. Por filosofía hay cadenas hoteleras pioneras en cuanto a la implantación en nuevos destinos, y las hay más conservadoras, que se limitan a seguir la tendencia. Obviamente, los pioneros corren más riesgos, a cambio de aprovechar un periodo de mayor rentabilidad si el nuevo destino tiene éxito. En la apuesta por nuevos destinos es esencial el apoyo de las administraciones públicas locales, aportando infraestructuras para el transporte y desplazamiento de los clientes. Los nuevos destinos turísticos suelen estar alejados de los grandes centros emisores, por lo que la existencia de transporte aéreo, suficiente y competitivo en precio, se convierte en un factor de éxito. De hecho, ante la ausencia de vuelos programados, gran parte del surgimiento de nuevos destinos turísticos se produce con lo que se conoce como vuelos chárter, que son vuelos contratados por los tour operadores y totalmente dedicados al transporte turístico, vendidos como un paquete con la estancia en los hoteles. Cuando los destinos alcanzan una mayor madurez, los vuelos pasan progresivamente a ser cubiertos por líneas regulares. Por otro lado, el tipo de ubicación y servicio determina dos segmentos muy diferenciados: el urbano y el vacacional. El tipo de cliente y sus necesidades son diferentes. El urbano, aunque puede incluir cliente vacacional, sobre todo en determinadas ciudades de atractivo turístico, vive principalmente del viajero de negocios o trámites personales. Ese mix de clientes influye totalmente en la oferta y en el modelo de negocio. El vacacional tiene un perfil de estructura, personal y actividades, diametralmente distinto. Por último, la categoría del hotel nos conduce a una segmentación de servicios, tipo de infraestructura y precios, que configura un amplísimo abanico de producto, donde se entrecruzan circunstancias de competencia directa e indirecta entre todos los operadores hoteleros. Para el hotelero se trata, en definitiva, de escoger un tipo de cliente y apostar por él. Las cadenas hoteleras españolas entre los líderes mundiales España tiene una envidiable posición como potencia turística mundial. Su capacidad receptiva como destino turístico la coloca como el tercer país del mundo en ingresos por turismo internacional, después de los Estados Unidos y del destino emergente que es China. En 2010, los ingresos por turismo internacional de España ascendieron, según la OMT, a 52.500 millones de dólares; por delante de Francia. Al amparo de esa fuerza receptiva, procedente principalmente de los países centroeuropeos (Alemania, Reino Unido y Francia a la cabeza), los empresarios hoteleros españoles desarrollaron una industria hotelera, especialmente en el campo vacacional, y también en el urbano, que se ha ido situando en puestos de cabeza internacional, y que destaca en el, por otro lado, mediocre panorama económico español. Son cinco las grandes cadenas que destacan en el panorama hotelero español: Meliá, NH, RIU, Barceló e Iberostar. Las dos primeras cotizan en la bolsa española, y tienen hoteles urbanos (y Meliá también vacacionales). Las tres últimas son principalmente vacacionales. Salvo NH, las otras cuatro son cadenas nacidas y gestionadas desde Mallorca. Se puede afirmar que las islas Baleares han sido la cuna del sector hotelero español, al amparo del boom turístico vacacional experimentado por las islas en los años 60 y 70 del siglo XX. Con datos del Ranking Hosteltur 2012, que recoge referencias de las 109 cadenas hoteleras españolas con más de 1.000 habitaciones, el ranking de las cinco grandes cadenas, con cifras que las encumbran a la primera división mundial, es el siguiente: RIU, como se puede apreciar, es la cadena con hoteles de mayor número de habitaciones, con una media de 399 habitaciones por hotel. Un modelo similar al de Iberostar, y que dista mucho del de las otras tres cadenas, que mezclan hoteles vacacionales de muchas habitaciones, con hoteles urbanos más pequeños. Meliá lidera el ranking por número de habitaciones y RIU se sitúa en la tercera posición en ese ranking. En cualquier caso, la comparación ha de tener en cuenta que los hoteles gestionados por cada cadena pueden ser propiedad de la misma o no. RIU e Iberostar priorizan los hoteles en propiedad. Las otras tres cadenas tienen un gran porcentaje de hoteles gestionados o alquilados a terceros. Teniendo en cuenta lo anterior, también conviene observar el ranking de Hosteltur basado en los ingresos de cada cadena, en el que, como vemos a continuación, con datos de 2011, RIU mantiene la tercera plaza y NH se encarama al primer puesto: Es de destacar como RIU e Iberostar consiguen una facturación por habitación (lo que en el sector se conoce como REVPAR o Revenue Per Available Room) muy superior al resto de cadenas. Esa facturación es incluso superior a NH, cuya oferta es principalmente urbana, lo que hace presuponer que aplica tarifas más altas y que obtiene un mayor porcentaje de sus ventas de forma directa, dada su especialización en clientes de negocios. Quizás la explicación también resida en que los hoteles urbanos tienen muy bajas ocupaciones los fines de semana, y en que las cadenas vacacionales han conseguido desestacionalizar las ventas al incorporar a su oferta destinos de los llamados «de 12 meses», en ubicaciones de clima cálido como Canarias o el Caribe. Podemos decir, por tanto, que RIU es la tercera cadena hotelera española por volumen de facturación y por número de habitaciones. La primera de las no cotizadas en bolsa. No existen datos de Hosteltur para hacer un ranking en base a la cifra anual de beneficios de esas cadenas, pero estamos seguros que, de hacerlo, RIU podría llegar a asumir el puesto nº 1 de las cadenas hoteleras españolas, por encima de NH y Meliá. De hecho, con datos de la bolsa, los resultados netos de NH en 2010 fueron negativos y positivos en algo más de 31 millones de euros en 2011. Y los de Meliá ascendieron a 136 millones en 2010 y algo más de 90 en 2011. Los beneficios de RIU en esos dos años superan con creces esas cifras. El lector se preguntará, como lo hacemos los autores, por qué RIU no está cotizando en bolsa, porque su tamaño y su rentabilidad lo hacen perfectamente posible. La respuesta de los actuales accionistas es clara al respecto: porque no lo necesitan. Son perfectamente capaces de financiar con recursos propios y un razonable apalancamiento bancario su programa de inversiones. Aunque queda claro que RIU podría salir a bolsa, perfectamente, en cualquier momento que se lo plantease.0

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