«Voy a contar hacia atrás la historia de mi familia. Voy a narrar al revés su destino, su karma y su suerte. Voy a describir el crimen de 1976, el escándalo de 1969, el duelo de 1935, y todas las persecuciones que nos han hecho sentir condenados a Colombia, pero después de relatar la noche de 1989 en la que por poco nos salvamos de la muerte.»
La suerte de los Silva Romero es el logro de un padre físico que lee el futuro y una madre abogada que libra a los suyos de las bajezas de la política. Pero su pasado está lleno de fantasmas: Romero Buj, el tío, asesinado por fanáticos de la lucha comunista, y Romero Aguirre, el abuelo, un destacado líder liberal que va de la gloria a la decadencia, son dos sombras que los siguen.
Recorrer el árbol genealógico de la familia que protagoniza Historia oficial del amor es ver a sus padres y a sus hijos sobrevivir a la historia de Colombia: de los días de la «ola verde» al Frente Nacional, de la toma del Palacio de Justicia al Bogotazo, esta novela que avanza hacia el pasado a veces es tragedia y a veces es comedia, pero es siempre una historia de amor.
Reseñas a la obra de Ricardo Silva Romero:
«Si la envidia no dispone otra cosa, esta novela [El libro de la envidiade Ricardo Silva Romero escrita con una prosa originalísima, llena de humor, que va sembrando en cada página semillas de suspenso, poblada de personajes de ficción que nos ilustran la realidad, está destinada a convertirse en un hito en la historia de la narrativa en Colombia».
Enrique Santos Molano
«[Érase una vez en Colombia es una]spléndida narración que ocupará unlugar primordial en las letras colombianas de nuestro tiempo».
Juan Diego Pérez, Arcadia
«Silva Romero es un narrador de pluma tan vigorosa que por momentos la novela [Autogolresiste la comparación con A sangre fría, en clave tercermundista. No solo por su ambición en contundentes 399 páginas (más un anexo de otras 60), también porque la historia supera de lejos el desastre doméstico y es capaz de convertirse en un espejo mayor, en el que se reflejan las turbias aguas que han corrido en la historia de los mundiales de fútbol».
Patricio Jara, Qué pasa