Pero el camino también ha sido recorrido por magos, alquimistas, místicos, cabalistas y esoteristas que han dejado su huella en múltiples manifestaciones arquitectónicas que se hallan a lo largo de la ruta. Símbolos herméticos y cabalísticos, ocultos en la iconografía cristiana, nos recuerdan que se trata de un camino iniciático.
Este camino no sólo pasaba por la ruta tradicional de Jaca a Compostela, sino que desde otros puntos se iniciaban peregrinaciones que acababan confluyendo en la vía principal.
Desde Sevilla se inicia una ruta que cruza por tierras extremeñas, desde levante se avanza hacia Tarragona, Poblet y Lérida, y en el Pirineo catalán se inicia otra ruta desde Puigcerdà.
En todas ellas, sin embargo, se pueden observar siempre unas constantes: la oca, el espino o espina, la espiral, etcétera, que confieren una unidad simbólica a todo el camino jacobeo.
Miguel G. Aracil nació en Barcelona en 1955. Escritor, con medio centenar de libros publicados, periodista y viajero incansable, ha recorrido un buen número de países de Europa, Asia, América y África, siempre en busca de la heterodoxia y la parte más esotérica del Saber.
Especializado en guías mágicas, misterios y enigmas de la Historia, la Arqueología y la Antropología, ha realizado dos vedes su Camino de Santiago.