El Camino de Santiago es el Camino de la Vida porque es un camino simbólico hacia la muerte para alcanzar el milagro de la Resurrección, es un camino de Muerte y Regeneración, de Renacimiento constante, en definitiva, el sendero que lleva al Santo Grial, el cáliz de la regeneración que marcó la espiritualidad de la Edad Media.
El autor, consciente de que el sentido profundo de cualquier peregrinación es el autoconocimiento, da la bienvenida a estas páginas a cristianos, musulmanes, judíos, y budistas, que han hecho y harán el Camino.