En las guerras «reales» se movilizan naciones enteras, los soldados combaten y mueren y se producen victorias. En la guerra virtual, puede que ni siquiera se declaren hostilidades. Los combatientes son pilotos de caza y programas de ordenador, la nación es la audiencia televisiva y en lugar de victoria sólo existe un final incierto. Kosovo fue una guerra virtual: allí combatieron pilotos a 5.000 metros de altura, fue dirigida por generales que contemplaban la batalla únicamente a través de la perspectiva de sus pilotos, y nos fue narrada por medios de comunicación rivales que proporcionaban versiones distintas de las consecuencias: una guerra en la que combatieron los estadounidenses y las fuerzas de la OTAN pero sólo murieron los serbios y los kosovares.
Michael Ignatieff ha recorrido las zonas en las que se desarrolló el conflicto durante una década, realizando emotivos reportajes y llevando a cabo lúcidos análisis. Pero Kosovo supuso un cambio cualitativo en la historia de las agresiones armadas, y en Guerra virtual Ignatieff examina este extraño tipo de guerra a través de los ojos de los actores principales el diplomático Richard Holbrooke, el general Wesley Clark y Louise Arbour, fiscal jefe del Tribunal para los Crímenes de Guerra y de las personas que la sufrieron.
El resultado es un libro penetrante y profundo que plantea cuestiones fundamentales sobre la guerra y los valores humanos en los albores de un nuevo siglo.