Argumento de Francisco, la Primavera del Evangelio
Encuadernación: Rústica
Colección: GP Actualidad
Esta es la semblanza de un hombre que conmueve. Conmueve por su sencillez, su calidez, su humildad, su humanidad; conmueve por sus llamadas telefónicas a personas anónimas, sus gestos de ternura, su sonrisa acogedora para con los niños que vienen a tirarle de la sotana o a sentarse en el trono pontificio mientras habla; conmueve por su libertad de palabra, su condena de la arrogancia, de la inmoralidad o de la hipocresía de algunos clérigos, su rechazo del protocolo y su condena del lujo; conmueve por sus gestos y palabras en favor de los pobres, de los excluidos, de los marginados, de los refugiados, de las mujeres y niñas víctimas de esclavitud sexual; conmueve por su condena irrevocable de la lógica financiera, que destruye al ser humano y al planeta, su preocupación por la justicia social, su compromiso en favor de la paz; conmueve por su negativa a juzgar a los que no siguen el camino trillado de la moral cristiana tradicional, empezando por los homosexuales y los divorciados vueltos a casar. En este caótico inicio del siglo XXI es muy cierto que el Evangelio vuelve a florecer.1PrólogoPrimera parte«Soy un pecador en quien el Señor ha puesto sus ojos»1. Aquel a quien nadie esperaba2. Hijo de emigrante y bailarín de tango3. Un jesuita controvertido4. El obispo de los pobres5. Un hombre comprometido que molesta6. Huele a Evangelio en el VaticanoSegunda parte«Deseo una Iglesia pobre para los pobres»1. El Evangelio: una buena noticia para los pobres y los excluidos2. La inversión de los valores sociales3. Elogio del «no poder»4. La limpieza generalTercera parte«¿Quién soy yo para juzgar?»1. El Evangelio no es una moral2. Mirar a cada persona3. Solo el amor es digno de fe4. La Iglesia: un hospital de campaña después de la batallaCuarta parte«Los profetas siembran el desorden»1. Encerrarse en la propia identidad o abrirse al mundo2. Abrir las puertas3. Derribar los muros4. El bien común de nuestra humanidadEpílogo. ¿El último papa?