«Música Cuántica» nace para lograr el objetivo de unir en mí mismo y en mi música la razón y el sentimiento libre.
Crear un campo relacional e integrador donde el ser se realiza desde la consciencia en su amplitud, a través de la obra artística. El sistema cognitivo que emana de la fusión del sentimiento meditativo con el fenómeno sonoro permite la disolución de la barrera entre «el afuera» y «el adentro» y así poder tener una experiencia estético-emotiva de rango amplio.
No importan las notas sino el estado de conciencia: Un sonido en el vacío desplazado por la atención a un momento siguiente se expande como un haz luminoso o una cascada acuática en arpegio... es él mismo pero alejándose por las frecuencias. No conoce acordes ni disposiciones armónicas, sólo se extiende en tantas direcciones como la atención pueda alcanzar, hasta ser cósmico como un mar de asteroides en su eterno presente o mínimo como ondas de energía dotadas de vida. En un momento creativo donde la conciencia elige que el sentimiento abstracto del campo emotivo del ser asuma las riendas, las notas que suenan no tienen nombre, no se asocian por su significado ni por su posible afinidad con una estructura armónica prediseñada, sino que todas encajan perfecta y naturalmente; todas son acogidas por el fluir constante de dicha conciencia y su brazo integrador que es el sentimiento conocedor de toda la música de la historia humana.
Las notas no importan, sólo importa su textura, su densidad, el espacio que las rodea y da coherencia. La sintaxis secuencial del ordenamiento cuántico de la música libera a la interpretación del error, ¿cómo se puede equivocar un río en su descenso por la montaña? Como músico y compositor busco afinar el sentimiento para ajustarlo a la consciencia, desnudándome de todo lo sobrante, conocimientos incluidos, y así llegar a la esencia.