David Casacuberta y Anna Estany toman el caso como ejemplo para analizar, desde la filosofía de la ciencia, el proceso de creación científica y todos los elementos implicados para que un descubrimiento pueda reconocerse como tal. En la primera parte se presenta un marco teórico sobre las diferentes aproximaciones a la ciencia, que permite considerar el trabajo de laboratorio no como ciencia pura, sino como ciencia de diseño. La parte central trata del descubrimiento en sí, el funcionamiento de un equipo de investigación y los entresijos durante la publicación de sus hallazgos, para concluir con una reflexión sobre todas las cuestiones que se derivan del trabajo en el laboratorio, que obligan a repensar muchos aspectos de la teoría de la ciencia al uso.