Un trabajo de este tipo, cuyo objeto es efectua generalizaciones acerca del desarrollo histórico sobre la base de material ya recogido y ordenado por otras manos, corre un grave peligro: presentar un carácter híbrido y disgustar al economista -que suele tener poco tiempo para la historia- así como al historiador -que quizá no desestime por no desenfundarse lo suficiente en ese saber de primera mano, fruto de una efectiva investigación de campo-.