Hasta finales del siglo XIX, tres serán las vías para el ejercicio de la escultura: por vinculación familiar con artistas-artesanos, que las ligaba al taller desde pequeñas; contrayendo matrimonio o manteniendo una relación afectiva con un maestro escultor, que les daba acceso indirecto a la práctica artística; o finalmente la pertenencia a la clase privilegiada, que les permitía contar con recursos económicos e influencias sociales para gozar de una vasta formación y encargos.
Hay que tener presente que nos encontramos ante una tarea ímproba, en la mayoría de los casos, anónima y clandestina, fuera de toda posibilidad gremial, y por tanto, ajena a documentos contractuales. Este hecho ha impedido conocer en algunos casos los nombres y en otros diferenciar con certeza la producción escultórica realizada por estas mujeres, ya que se atribuía la casi totalidad de los trabajos de taller a los maestros. A ntecedentes. E l periodo M edieval. 13 R enacimiento: H umanismo y aprendizaje en T alleres. 22 L a primera escultora reconocida . P roprezia de? R ossi . 30 B arroco: T alleres F amiliares. 43 L a escultora de cámara. L uisa I gnacia R oldan . 46 S iglo XVIII: A cademias y S alones. 56 L a aristócrata homosexual: A nne S eymour D amer . 60 M arie - A nne C ollot: U na francesa en R usia. 65 S iglo XIX : A cademias O ficiales y C entros P rivados. 75 H élène B ertaux y el M ecenazgo. 78 H arriet H osmer y el R ebaño B lanco en R oma. 88 E scultora y amante atormentada: C amille C laudel. 103 A nna H yatt H untington: L a hispanista multimillonaria. 116 E PÍLOGO. 129 B IBLIOGRAFIA. 130