«La forma en que Monica me deseaba», se preguntaba James, que narra en primera persona la historia, «sobre todo cuando estaba claro que no nos importaba el bienestar del otro en ninguno de los sentidos convencionales, me llevaba a dudar de todo. ¿Acaso ese festín recíproco, propio de animales de la estepa, era la verdadera esencia del hombre-animal?» Ayudados por un pintoresco consejero matrimonial, ambos amantes intentarán canalizar la energía que dedican al sexo hacia actividades tan diversas como la cocina, el arte o mirar la televisión. Pero este rápido tránsito desde la vida instintiva hasta, digamos, la civilización no dejará de comportar riesgos para la pareja.
Provocadora y explícita, Erotomanía es una ácida sátira que ridiculiza la vacuidad de tantos engolados discursos relativos a temas tan dispares como la monogamia, el sexo sin amor, la crítica de arte, la prostitución o la meditación zen , y que ofrece una iluminadora metáfora sobre nuestro malestar en la cultura.