Davenant concibió su inconcluso e inédito Ensayo sobre la virtud pública en dos partes: en la primera, llevaría a cabo una descripción de los males presentes de Inglaterra, que tenían su origen en la inveterada corrupción de los Parlamentos fruto de las perversas maniobras de administradores aduladores, ignorantes y carentes de "espíritu público" o virtud; en la segunda, acometería la defensa de su idea de "virtud pública".
Allí donde impera este espíritu público y este celo por el bien común gobierna las mentes de los hombres, el Estado prosperará y aumentará sus riquezas y poder; mas, donde declina o es anulado, allí sólo ha de esperarse indigencia, desorden y pobreza.