Charlotte está a punto de cumplir su sueño: trabajar con el escritor W. G. Scott. Todo apunta a que la decisión de abandonar su trabajo como profesora auxiliar en Dublín ha sido acertada. Sin embargo, resulta que su adorado escritor, dechado de virtudes hasta el momento, guarda no pocos secretos. Para empezar, cuál no será su sorpresa cuando compruebe que no la quiere como asistente por el hecho de ser mujer. Charlotte se pone furiosa y está a punto de marcharse, pero se lo piensa mejor y se queda. Además, ha conocido en un café del tranquilo pueblo de St. Andrews a William Grant, un hombre atractivo y muy seductor, que la ha hechizado por completo...