El tío Goriot, (Le père Goriot, título traducido también al castellano como Papá Goriot) es una de las novelas más leídas y releídas de Balzac y una de sus más logradas creaciones. Sobre un fondo de trapisondas mundanas, tantas veces descrito por el autor, y en el que el conflicto pasional se complica con el conflicto económico, y el amor con la ambición y el ansia de «llegar», destaca, asumiendo toda la luz del cuadro y toda la simpatía del lector, la humilde figura de ese tío Goriot, el comerciante retirado de los negocios, alma prosaica, espíritu vulgar, pero al que su profundo sentimiento de la paternidad hace rayar en lo sublime. El tío Goriot es la imagen viva y heroica del padre que, como el pelícano simbólico, se arranca pedazos de entrañas para alimentar a sus crías, sacrificándose hasta la muerte por sus dos hijas frívolas y vanidosas que, casadas con aristócratas de la nobleza y del dinero, se avergüenzan de su plebeyo padre. Contrastando con ese tipo resignado y pasivo del tío Goriot, figuran en la novela dos personajes de muy distinto temple que encarnan el ansia de triunfar en la vida y tratan de resolver, cada cual a su modo, el problema. Uno de ellos es el joven Eugène de Rastignac, el estudiante de Derecho, y otro ese Vautrin, fugado de presidio y cuyo nombre de raíz vultúrica (dijérase un diminutivo de vautour, buitre) indica ya la rapacidad de su carácter. Rastignac es el joven provinciano que, deslumbrado ante el lujo parisiense, siente la ambición de ser algo más que un abogadete sin pleitos. Por el contrario, Vautrin, que ha hecho del crimen su profesión y como su apostolado, parece un discípulo de Max Stirner y de Nietzsche, a los que no ha podido leer, pero en cambio ha leído las memorias de Benvenuto Cellini y las obras de Rousseau. Es un criminal con su fondo de filosofía. En cierto sentido se semeja al Julien Sorel de Stendhal y se anticipa a los demonios nihilistas de Dostoyevski. Se siente defraudado por la sociedad y rescinde el «contrato social» de Rousseau. Es la encarnación del egoísmo y también diríase que siente un placer estético en hacer el mal por el mal, como una forma del arte por el arte. Vautrin trata de seducir a Rastignac y valerse como instrumento para sus fines de ese joven ingenuo y ambicioso, al que, además, podría atraerle cierta tendencia homosexual, que el autor le atribuye como uno de los elementos de su raro complejo psíquico. El tío Goriot es una amarga lección de arribismo que proclama la omnipotencia absoluta del dinero y el fracaso de los sentimientos delicados y nobles. Fue la primera novela en que Balzac siguió el procedimiento de hacer figurar en sus obras personajes de libros anteriores con el fin de dar unidad a sus diversas creaciones. A raíz de la publicación de esta novela escribió: «Un gran paso se ha dado últimamente. Al ver reaparecer en El tío Goriot algunos de los personajes ya creados ha comprendido el público una de las más audaces intenciones del autor: la de dar vida y movimiento a todo un mundo ficticio cuyos personajes seguirán quizá viviendo todavía cuando ya los más de los modelos estarán muertos y olvidados.» Traducción de Rafael Cansisnos Assens.