Mucha gente se esfuerza por aprender complicadas técnicas de respiración, que luego superponen a sus defectuosos hábitos respiratorios previos. El resultado es una respiración que está en desarmonía con las leyes fisiológicas de la mente y el cuerpo. Por el contrario, la respiración natural es la respiración espontánea que realiza el cuerpo; la misma que podemos observar en, por ejemplo, un bebé o un animal.
La respiración natural es parte integral del Tao. Es la respiración que, desde tiempos inmemoriales, han enseñado los maestros taoístas a través del chi kung, el tai chi y otras artes y ciencias meditativas y sanadoras.
Mediante la respiración natural beneficiaremos nuestra salud general, mejorando el funcionamiento y la eficiencia de nuestros pulmones, corazón y otros órganos y sistemas orgánicos; seremos capaces de equilibrar nuestras emociones o transformar nuestras tensiones y negatividad en energía susceptible de emplearse en la autocuración y el autodesarrollo; y podremos extraer y absorber la energía adicional que precisamos para proseguir nuestro crecimiento espiritual.