Primavera de 1902, Trieste. El recuerdo de los hechos sangrientos que ocurrieron tras la primera huelga de los trabajadores en el Imperio Austrohúngaro está todavía vivo entre la población. Pocos días antes del levantamiento del estado de sitio proclamado por el gobierno de Viena, un suboficial del ejército es hallado muerto con el cuerpo desfigurado en un callejón. Mientras tanto, una preciosa reliquia cristiana, el Mandylion, es robada, perdida y al final encontrada por Davorin, un jovencito de doce años que a raíz de los hechos parece haber adquirido extraños poderes. Anton Adler, padrino de Davorin así como comisario de policía, y su amigo Artan Hagopian, traficante de baratijas y legítimo custodio de la reliquia, se lanzan a la búsqueda de los asesinos de los militares, intuyendo una conexión entre el homicidio y el robo. Los dos se convierten de esta forma en los protagonistas de una aventura que hunde sus raíces en los tiempos de Jesús, en la China colonial y en el corazón oculto de Europa. Complicará la investigación el mayor Ettore Gortan, un oficial muy conocido que tiene algo que esconder. En el momento en el que todas las piezas del rompecabezas parecen ir encajando, un hombre muy peligroso aparece del pasado. Entre amenazas ocultas en la sombra, ingeniosos engaños y tensiones políticas que ponen en riesgo al Imperio Austrohúngaro, Adler, Hagopian y el joven Davorin afrontarán sus miedos y verán sus convicciones tambalearse, hasta un gran final que sacará a la luz a un enemigo inesperado y letal.