El final de la explotación estadounidense del canal de Panamá toca a su fin. Todas las potencias mundiales quieren asegurarse una situación ventajosa cuando llegue el 31 de diciembre de 1999.
En este revuelto mar de fondo Harry Pendel, presunto sastre de la realeza, cobra un insospechado protagonismo. Por su establecimiento desfilan los personajes más importantes de Panamá y en el probador, casi un confesionario, escucha secretos de toda índole. Dadas las circunstancias no resulta extraño que el servicio de inteligencia británico, representado por el agente Andy Osnard, arribista, manipulador y ambicioso, seleccione al sastre como eje de sus intrigas.
En esta novela Le Carré reflexiona con humor y pesimismo sobre el espionaje actual, al que considera una farsa y mera caricatura del de la guerra fría.
«Es el único libro, junto con Un espía perfecto, con el que quiero ser enterrado.»
JOHN LE CARRÉ