Smiley, uno de los más característicos e inolvidables personajes de la producción narrativa de Le Carré, y el que más fama le ha dado, es invitado por Ned -al que los lectores recordarán de La Casa Rusia, como director de una escuela de formación de agentes para el servicio de inteligencia británico-, a dar una charla sobre sus peripecias durante la cena que cierra cada curso. Ambos exagentes protagonizan una larga charla en la que mezclan reflexiones, autobiografía de ficción y numerosas historias de espionaje.