La evolución era, a principios del siglo XIX, una idea que estaba en el aire. Otros pensadores ya habían apuntado en esa dirección, pero ninguno había proporcionado una explicación convincente de cuál era su mecanismo. Fue en septiembre de 1838 cuando un joven inglés llamado Charles Darwin dio con la idea de que la «selección natural» entre individuos que compiten entre sí daba lugar a adaptaciones asombrosas y a la diversidad de las especies. Entre dicho descubrimiento y la publicación de El origen de las especies iban a transcurrir veintiún años. El drama humano y las razones científicas de tal demora dan lugar a un relato intrincado y fascinante que desentraña el carácter del cauto naturalista que desencadenó la mayor revolución intelectual.
El retrato de Quammen arranca con el regreso de Darwin tras su viaje de cinco años a bordo del Beagle, y analiza su empeño en reunir la información, y adquirir la confianza, para publicar el libro que habría de desbancar al hombre de su puesto privilegiado en la creación divina. Esta biografía, escrita con abundantes dosis de ingenio y astucia, destaca sobre la marea de libros que están viendo la luz con ocasión del bicentenario de Darwin.
-Publishers Weekly