Gracias a sus prodigiosas dotes intelectuales, a la fortuna que amasó con sus propios esfuerzos y a la colaboración de su inteligente esposa, Lavoisier ocupó un lugar prominente en el panorama científico de finales del siglo XVIII. Desde esa posición privilegiada tomó parte en la disputa por descubrir los procesos químicos que tenían lugar durante la combustión. Bajo la atenta mirada de la comunidad científica internacional, Lavoisier y su principal rival, el inglés Joseph Priestley, descubrieron el oxígeno por separado. Pero fue Lavoisier quien, mediante su teoría de las reacciones químicas, basada en novedosos experimentos realizados con la más avanzada tecnología instrumental, acabó con los últimos vestigios de la alquimia medieval y señaló el comienzo de la química moderna. El tratado donde formuló la nueva ciencia salió publicado apenas cuatro meses antes de la toma de la Bastilla.
Madison Smartt Bell, un estupendo y polifacético novelista, nos demuestra su talento narrativo y su versatilidad en este magistral relato de un descubrimiento científico: la verdadera historia de cómo Antoine Lavoisier marcó el rumbo de la química moderna... y perdió la vida a manos del terror jacobino.--Roald Hoffman, Premio Nobel de química, poeta y escritor
PUBLICACIÓN: 2008