Tras quince años de exilio voluntario, el rebelde príncipe Xander Drakos se vio obligado a cruzar de nuevo las puertas del palacio y asumir el papel que abandonó en el pasado.Solo una mujer podía hacerle recuperar su buen nombre. La mujer que dejó atrás cuando huyó. Pero cuando Xander encontró a Layna Xenakos se quedó horrorizado al ver reflejados en las cicatrices de su rostro los efectos de la revuelta que había asolado al país.Pero aquellas cicatrices habían hecho más fuerte a Layna, que se negó a plegarse a sus órdenes reales. Aquello obligó a Xander a utilizar todo su encanto para convencerla de que se casara con él, asegurándose así su legítimo puesto en el trono.