El hombre de su vida era un príncipe de verdad.Se suponía que el extravagante regalo de cumpleaños que le habían preparado a Maria McPherson sus compañeras de trabajo era un impostor. Alguien debería haber llamado a la agencia, porque resultó que aquel guapísimo caballero pertenecía de verdad a la realeza.El príncipe Antonio Boniface era guapo, rico y sofisticado... Y estaba más que dispuesto a enseñar a una muchacha inexperta todo lo que debía saber sobre la vida... y el amor.La tentación de abandonarse a él y permitir que la llevara a su mundo de lujo era casi irresistible. Pero si dejaba que aquel hombre se metiera en su cama, aunque fuera una sola noche, ¿sería capaz de dejarlo marchar después?