Félix sufre pesadillas. Todas las noches viaja a una solitaria tierra salvaje donde los monstruos le persiguen. Por las mañanas, al despertar, aunque está en su cama tiene los pies llenos de barro y el pijama sucio. Una noche Félix conoce a un niño que sabe cómo enfrentarse a los monstruos, un niño idéntico a él y con su mismo nombre.