Argumento de El Otoño de las Rosas
Prólogo de Jacobo Muñoz / El Otoño de las Rosas, cuya primera edición data de 1986, convirtió a Francisco Brines, como tan clarividentemente hizo constar Carlos Barral en su momento, en un «clásico vivo». En realidad, lo era ya desde su primer libro, Las Brasas, que mereció el Premio Adonais en 1959, aunque, ciertamente, es en la obra que hoy presentamos donde, según opinión generalizada de los críticos, los grandes temas de Brines la fugacidad, la desafección, la degradación, la inutilidad última de la pasión, pero también la belleza, el amor, el goce y la plenitud en que a veces se hace carne la vida y todos sus recursos expresivos, incluida la lógica misma de su artesanía poética de fondo, llegan a su plenitud. A la plenitud de una poesía cuya clave ha dado el propio Brines: «Estimo particularmente, como poeta y lector, aquella poesía que se ejercita con afán de conocimiento, y aquella que hace revivir la pasión de la vida. La primera nos hace más lúcidos, la segunda más intensos».0