Prepárese una lengua pueblerina,
adóbese con léxico y gramática
y se obtendrá una parla burocrática
para aplicar a escuela y oficina.
Agréguese una banda que asesina
(mejor cuanto más vil y más fanática)
y, usando una envoltura democrática,
sofríase en Arana y su doctrina.
Salséese en historia victimista,
ligada con rechazo al forastero
y un cucharón colmado de Ibarreche.
Dos atentados más y estará lista.
Y, como Arzalluz es el cocinero,
se tragan la nación, y que aproveche.
MONCHO ALPUENTE
Para los versos cojos que compones,
y para los futuros que cometas,
te voy a recetar unas muletas,
o, si te van mejor, unos bastones.
Porque los cojitrancos trompicones
que dan los rencos versos jorobetas
que en burdos sonetastros enjaretas
los hacen, más que versos, ser renglones.
Y entre esos rengloncejos que acumulas,
si, rebuscando bien, se encuentran versos,
serán, sin duda, pocos y muy ralos.
Versos Perversos, tú te los titulas.
Exagerado título: ¿perversos?
No hay para tanto, Moncho: sólo malos.
JUAN LUIS CEBRIÁN
-¿Académico, decís?
-Juan Luis.
-¿Con su prosa de patán?
-Cebrián.
-¿Con su sintaxis canija?
-"El Nebrija."
Poco limpia, poco fija
y poquito esplendor da
una Academia en que está
Juan Luis Cebrián, "El Nebrija".