En la Inglaterra del siglo XIV la pugna entre los reformistas y los católicos más recalcitrantes está en pleno apogeo. No es de extrañar, pues, que el teólogo John Wycliffe sea considerado un hereje por su empeño en traducir la Biblia al inglés y acercarla así al pueblo llano. Uno de sus enemigos más acérrimos es el intolerante arzobispo de Norwich, Henry Despencer, interesado en mantener la pobreza material y espiritual de la población su más bajo nivel. El arzobispo, en su afán por recaudar todo el dinero posible para financiar la guerra contra Clemente VIII, el Papa reformista, no duda en engañar a los católicos más devotos, como es el caso de la viuda lady Kathryn. La irrupción del maestro iluminador Finn, afín a las ideas reformistas, supondrá todo un desafío emocional y espiritual para lady Kathryn...