Róta es conocida en el Valhall como "la valkyria que todo lo ve", y es una de las guerreras indomables que Freyja y Odín mandan a la tierra para que recuperen los tótems robados de los dioses, aquellos que pueden acelerar el ragnarök. Pero el destino le ha jugado una mala pasada y ha hecho que se encontrara cara a cara con el guerrero que se había encomendado a ella: Miya, un vanirio samurái. Ella sabe que él le pertenece, y aunque se siente ofendida porque no la reconoce, está deseosa de demostrarle que las valkyrias nunca se rinden. Sin embargo, el hermano gemelo de Miya, Seiya, la ha secuestrado y quiere obligarla a vincularse con él. ¿Lo conseguirá? ¿Su vanirio samurái irá en su busca? ¿La rescatará a tiempo antes de que Seiya rompa sus alas? La batalla final se acerca, pero una mujer temeraria e irascible luchará por que nadie la doblegue. ¿Cuánto tiempo durará su furia?
Miya forma parte del clan vanirio de Chicago. Es un guerrero ancestral, un samurái que vive obsesiondo con la profecía que cae sobre él y su hermano. Un hombre que cree firmemente que ha perdido la oportunidad de emparejarse a su pareja de vida. Por eso, cuando ve descender a la valkyria de pelo rojo, todos sus miedos y sus dudas se disparan. Verla lo dejó paralizado. Ser víctima de su afilada lengua lo enfureció. Probarla fue un error. Ahora nada podrá quitarle el sabr de su sangre ni el recuerdo de su conexión y hará lo posible por rescatarla, porque debe averiguar qué es lo que le une a esa mujer descarada y malhablada con ojos de rayos y centellas. Debe salvarla de las garras de su hermano Seiya, antes de que sea demasiado tarde. Lo hará para que no se cumpla la profecía, lo hará por venganza, pero, también, lo hará para no perder ni su alma ni su corazón.
Las espadas de los dioses están en alto. Los tótems divinos deben ser recuperados. El ragnarök se afila como la hoja de una katana. Y en la travesía por rescatar y ser rescatado, un vanirio y una valkyria están a punto de descubrir que "Sólo el amor puede ponerte de rodillas".