Durante todo un año los campesinos del pueblo de la reina Eleonor ahorraban esperando el día en que, por unas cuantas monedas, podían adquirir un esclavo, algún príncipe que, tras desobedecer a las damas y caballeros del castillo, fuera enviado, como castigo, a pasar todo el año en las calles de pueblo, donde tendría que obedecer a cualquier humilde mozo o sirvienta que pagara por él en subasta pública.
Cuando a Bella la separan de Tristán, ambos son presa del miedo... Pero muy pronto ella descubrirá que la vida allí no es tan dura, pues tras los castigos matinales llegan las fiestas nocturnas en el mesón, con el capitán y todos los soldados.