A pesar de la admiración del actual gobierno de España por los peculiares modos y maneras comunistas de Fidel Castro, la isla de Cuba está lejos de ser modelo de nada (nada positivo, claro). Testigos presenciales de tal situación han sido los periodistas Luis Losada y Miguel Gil, que durante algunos días lograron traspasar las barreras de la burocracia cubana para conocer de primera mano la vida en la isla caribeña. Sus cámaras de fotos nos ofrecen una imagen fiel del legado del que ha regido con mano de hierro los destinos de Cuba durante los últimos cuarenta y ocho: casas destrozadas, miseria en las calles, rostros hambrientos y desesperanzados, propaganda abrumadora, la omnipresencia de la policía, etc. El legado de Fidel Castro, además de recoger un recorrido fotográfico clandestino, analiza la opinión que la disidencia de la isla mantiene en relación a la transición cubana, personificada en Oswaldo Payá, entrevistado por los autores en el libro. Por su parte, el diputado Jorge Moragas plantea en el prólogo de El legado de Fidel Castro la necesidad de que España impulse una modificación de la política común europea para que la UE exija a Cuba de manera contundente el respeto por los derechos humanos, la liberación de los presos políticos y acometa los pasos que permitan caminar hacia un modelo democrático.