La princesa Regina Vittorio se marcharía pronto de su adorado reino de Castelmare para convertirse en la reina de otro país. Gina había dedicado su vida a los deberes propios de su cargo, pero a medida que el día de su boda se iba acercando, sólo deseaba pasar un momento más con el hombre al que verdaderamente amaba.El jardinero real Dizo Fornese había sido testigo de cómo la princesa Regina se transformaba en una belleza, igual que las rosas que él cuidaba en palacio. Sabía que ella era intocable, pero aún le quedaba una oportunidad de arriesgarlo todo y reclamar a su princesa.