A lo largo de un tiempo definido por las transformaciones de una naturaleza revisitada, cuyo silencio ético constituye el paisaje y el clima de todo el libro, el hombre irá encontrado en los otros lo otro de sí mismo y, a la vez que consuelo, la evidencia serena de esa presencia vacía, de ese esqueleto ausente en el centro de nuestras vidas que nos sostiene erguidos.