En esta novela se narran tres historias que convergen en un mismo punto: el Museo del Prado. El robo de unos cuadros, el amor de una pareja y la traición de la amistad se entremezclan dando sentido a los hechos narrados. Entre estas páginas encontraremos a un individuo meticuloso que trabaja y cumple de la mejor manera, porque su profesión le gusta y, en cierto modo, le satisface, pero necesita embarcarse en desafíos al margen de la ley. También nos vamos a encontrar a ese hombre solitario que tiene sed de amar; y en esa búsqueda encuentra a alguien especial: una mujer decidida a descubrir su propio camino, un destino marcado de antemano que no perdona a nadie y que se cobra sus propias piezas. Finalmente, encontramos a un artista, un pintor, cuyo error fue pintar el fruto del amor: el retrato los separó y el tiempo los unió.