"Cuando Jacinto Andrada, acompañado de sus hijos Cristina y Javier, se adentraba aquella tarde de finales de diciembre en el frío y húmedo jardín de la residencia de ancianos Los Tilos, sentía un nudo en la garganta que a punto estuvo de quebrarle la respiración" Jacinto, una vez instalado, observa con desdén como los ancianos han desarrollado diferentes estrategias para sobrellevar su aislamiento social. Pero él, después de una vida profesional plena, no imagina final más cruel que la "muerte entre viejos". Pero el Destino, esa fuerza sobrenatural que actúa sobre los humanos sin pedir opinión, lo trastoca todo. Un par de macabros descubrimientos en la Residencia hacen saltar por los aires la apacible vida en la casa. El tono humorístico del relato invita a reflexionar, con una sonrisa, sobre los inesperados caprichos de los hados.